Hoy hemos presenciado la creación formal del llamado "Banco Malo". Dicho banco se hará cargo de todos los activos "sucios" de nuestro sistema financiero, para principalmente, poder dar salida a los pisos que no se venden, y así, mejorar la ratio de solvencia y recuperar la buena reputación de la que gozaron en otros tiempos. Así, nuestros amigos europeos nos darán un respiro, y podrán darnos las ayudas que tanto nos urgen, ya que la imagen de nuestro sistema habrá mejorado para sus ojos.
Suena bien, no? -pero... -Políticos!, como os sucedió en el caso del Eurovegas, hay dinero para los poderosos pero no para las personas... Me explico. Proyectos megalíticos como la casa de putas a la que me refiero, pueden disponer del crédito que quieran, mientras que el autónomo o la pyme se dirime entre la vida y la muerte económica.
Dicho esto, deberíais deciros a vosotros mismos: "Dios, dame una oportunidad para redimirme, y te juro que jamás volveré a pecar!"
Por qué? - la respuesta es otra pregunta:
si creáis un "banco malo", ¿por qué no "un hipotecado malo"? -Es lo justo, creo-.
Se trataría de una persona que, endeudada al límite (con un prima de riesgo altísima), compró una vivienda que un tasador le sobrevaloró en exceso, que ha visto limitado sus beneficios y/o ingresos (ha perdido el trabajo o le han bajado el sueldo), y que por lo tanto, no es solvente, y es visto con malos ojos por aquellos que le están apretando y solicitando la devolución de su deuda.
Acabemos por tanto con una pregunta: Por qué se ayuda a los poderes y no a las personas?
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